UNA SALA DE MATISSE
EN LOS MUSEOS VATICANOS



Interior de la Capilla del Rosario, St. Paul de Vence. El Altar, St. Dominique y el Árbol de la Vida (vitral). 1950-1951.

Los Museos Vaticanos estrenarán en 2011 una sala dedicada a mostrar los bocetos pintados por Henri Matisse para la decoración del convento dominico de Vence.
Es “un paso más" en el proceso iniciado para la "modernización" de un área tan esencial como es la que se dedica al Arte Contemporáneo. Lo explica así su directora, Micol Forti, que optó por iluminar una estancia del siglo XVI que no tiene ventanas con un sofisticado sistema que simula perfectamente la luz natural.

Fuente texto: noticias arteseleccion.com

El Convcento Dominico de St. Paul en el pueblito medieval de Vence, cerca de Niza, en Francia.

LA OBRA MAESTRA DE HENRI MATISSE :
LA CAPILLA DEL CONVENTO DOMINICO DE ST. PAUL DE VENCE

Henri Matisse fue uno de los pintores que marcaron un antes y un después en el arte del siglo XX, un artista que pasó una vida dedicada a la búsqueda de paz y alegría de vivir desde su obra. Ya en su vejez, con pocas fuerzas, Matisse comienza a recortar papeles coloreados, y así, dibujando con sus tijeras logra la mayor síntesis con línea y color.En esa época, el pintor tenía una enfermera llamada Mónique que lo cuidaba y que también era su modelo en algunas ocasiones. La joven tenía dotes de pintora, y el maestro soñaba con un futuro de artista para ella. Sin embargo, dos años después de estar a su cuidado, Mónique entró al Convento Dominico de Vence, un pueblo medieval cercano a Niza. Matisse, ya casi paralítico, es convocado, por intermedio de Mónique, para realizar por completo la obra de la capilla de Saint Paul de Vence. Y así, el viejo maestro emprende el proyecto integral de la capilla, haciéndose cargo del diseño de la virgen, los vitrales, las ropas sacerdotales y todos los ornamentos. Muchas veces sentado y algunas otras obligado a trabajar desde la cama fue concretando la obra. En la última etapa se lo puede ver dibujando con una tiza en a punta de su bastón, sentado en una silla de ruedas.

Capilla del Rosario, St. Paul de Vence.


Levantada en terrenos de la Residencia de Religiosas Dominicas, la capilla presenta una austeridad asombrosa a través de tres murales en blanco y negro que él mismo pintó, también el Vía Crucis, La Virgen y el Niño y San Dominico, así como tres vitrales semi-abstractos. También diseñó el altar de piedra, una cruz de bronce, coloridas vestiduras y la puerta tallada del confesionario en 1951. Y en esa austeridad, el viejo maestro encontró la máxima luminosidad en los vitrales y dibujos donde la concentración de la luz se vuelve fulgor. A los 81 años Matisse concluye una obra minimalista cargada de esfuerzo de la que él mismo dice: “Esta obra ha supuesto cuatro años de trabajo continuos pero es el resultado de toda mi vida activa” y "Pese a todas sus imperfecciones, la considero mi obra maestra".La capilla fue bendecida el 25 de junio de 1951, y Matisse, tres años antes de su muerte, pudo asistir. "¿Creo en Dios?" se preguntó el maestro en voz alta, en una ocasión. "Sí, creo, cuando estoy trabajando; cuando soy sumiso y modesto me siento rodeado por alguien que me hace hacer cosas de las que no soy capaz".


Henri Matisse trabajando para el Convento Dominico de St. Paul de Vence.


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